Principios que rigen el Control sobre la Lengua.

Un estudiante de filosofía pregunto: -¿Qué es lo más importante en la vida? ¿No es la conciencia de gran importancia? Creo que es de las cosas más preciadas ya que damos importancia al resto de las cosas mediante nuestra consciencia. Todo en el mundo es consciencia, y de ahí nosotros damos valor a las cosas. Sin la consciencia, sin la percatación en sí, las cosas no tienen valor.

Me quedé en silencio durante un rato. No tenía ningún sentido darle la razón o quitársela. A veces hay ciertas preguntas con las que uno no está de acuerdo ni deja de estarlo. Por lo tanto le dije: -No estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, pero tampoco lo niego. No se puede decir que la consciencia es lo más valioso en el mundo. Hemos hablado de otros valores en relación a la consciencia. En el mundo inanimado no existe ese problema; ahí uno no se percata del valor de las cosas, con lo que no surge hablar de esas cosas. En el mundo inconsciente las cosas no tienen valor; no hay doctrinas ni tampoco se discute. Las doctrinas solo existen en el mundo de la consciencia; por ello que la consciencia se considere de gran valor, lo que tiene mucho sentido. Aun así, desde un punto de vista del todo, esta conclusión lógica es, en modo alguno, incorrecta. La consciencia es silenciosa, está callada; está limitada en sí misma sin poder expandirse o crecer. El mundo de la consciencia es un mundo limitado, sin cabida al desarrollo. Todo avance en el mundo es debido al lenguaje; sin él, nuestro mundo estaría tremendamente limitado. Sin la palabra, no puede haber desarrollo. Entonces el mundo se contrae en un individuo; sin sociedad ni ningún tipo de relación. El desarrollo de la sociedad, la prolongación de las relaciones, tiene lugar mediante el lenguaje. Por lo tanto, podemos decir que la palabra es lo más importante en el mundo; la palabra ha creado el mundo. Como dice la Biblia: “Al principio estaba la Palabra, y la Palabra era Dios, y todas las cosas se crearon con la Palabra.” El desarrollo de la sociedad es la creación del lenguaje. Sin él, sin la palabra, ningún hombre podría establecer una relación con otro. Sin el medio de la palabra no habría habido memoria, o imaginación, o pensamiento.

Por lo tanto, nos encontramos con tres aspectos del conocimiento:

• la memoria

• la imaginación, y

• el pensamiento.

Estos tres aspectos dependen de la palabra, del lenguaje. Los psicólogos de hoy en día mantienen que la mente no debe de ser totalmente distinta a la palabra. La función de la mente es recordar, imaginar, pensar, meditar. ¿Acaso puede haber memoria sin palabras? ¿Puede haber imaginación sin lenguaje, sin la palabra? ¿Puede haber pensamiento sin lenguaje? No puede haber memoria, ni imaginación, ni lenguaje sin la palabra. Entonces, ¿cuál es esa línea divisoria entre la mente y la palabra o el lenguaje? En este punto es conveniente observar que el lenguaje es la mente hecha explícita, y que la mente es lenguaje en silencio. Cuando la mente se hace explícita, cuando comienza a hablar, se denomina lenguaje. Cuando el lenguaje es silenciado, cuando se queda callado, se denomina mente. Por mucho que un hombre haya estudiado, por muy transcendental que un vidente pueda serlo, sin lenguaje, no podrá ser de mucha ayuda para el mundo. Lo mismo ocurre con las almas libres e iluminadas; una persona que haya alcanzado la máxima realización y que se quede callada puede que tenga conocimiento de todo, pero no puede comunicar su conocimiento a otros. Esta persona es de poca ayuda al mundo. Se dice que un muni (monástico masculino de la rama de los Digambaras) es libre y que además rescata a otros de la esclavitud. No solo resuelve sus propios problemas sino que además ayuda a otros a resolver los suyos. Todo esto es posible a través del medio del lenguaje. Sin lenguaje sería simplemente imposible; despojado de lenguaje él mismo podrá ser libre, pero no podría traer libertad a otros.

Existen tres tipos de personas.

Hubo una vez un rey que necesitaba un sirviente. Hizo llamar a un número de personas a su palacio para probar sus habilidades. Necesitaba un ayudante y para ello era necesario hacerles una prueba para seleccionar la persona más idónea. Mucha gente se presentó, pero el rey solo pidió a tres de ellos que se quedasen, descartando al resto. A estos tres candidatos el rey les presentó un problema. Dijo: -si por casualidad vuestra barba y la mía se prendiesen en llamas a la vez, ¿qué haríais? -El primero dijo inmediatamente-: ¡Señor! Extinguiría el fuego de su barba sin preocuparme por la mía. -El segundo dijo-: Su majestad, apagaría primeo el fuego de mi barba, y luego iría a sofocar el suyo. -El tercero dijo-: ¡Señor! Usaría una mano para extinguir el fuego en su barba y la otra mano para extinguir el fuego en la mía.

El rey hizo varios comentarios según las respuestas que recibió. -El primer hombre, -dijo el rey-, no está siendo práctico. No hay hombre en todo el mundo que, al encontrarse bajo peligro, piense solo en los otros, sin importarle su propia seguridad. Un hombre que obre así no está siendo práctico, y si dice cosas poco útiles, no se puede depender de él, no se puede confiar en él. Lo que diga un hombre ignorante nunca es práctico. Puede que lo que diga sea halagador, pero al final te deja en la estacada.

-El segundo hombre es egoísta. Un hombre así no puede hacer bien a nadie. Siempre mira por sí mismo, perdido en sus propios intereses, siempre buscando su propio beneficio. No es capaz mirar por los demás cuando están en un aprieto. Un hombre así es muy peligroso.

-El tercer hombre está siendo práctico. Sabe cómo funciona el mundo, habla con sentido. No es ni poco práctico como el primero ni egoísta como el segundo. Su vida está basada en tacto y en sabiduría.

Así pues el tercer hombre consiguió el puesto.

El hombre que sabe lo que es bueno para él, y además sabe lo que es bueno para otros, es un hombre práctico; lo que dice tiene sentido, y su conducta es debidamente apreciada.

El lenguaje también es un medio a través por el cual uno puede hacer bien a uno mismo y a otros. Junto con su capacidad para el bien, el lenguaje también puede hacer mucho mal. Así pues, el lenguaje es capaz tanto de hacer bien como de hacer mal. Lo que el lenguaje puede conseguir no se puede lograr ni a través de la mente ni a través del cuerpo. Por ello, el lenguaje es lo más valor tiene.

El movimiento de la vida supone tres aspectos: la mente, la lengua y el cuerpo. La mente viene primero ya que manifiesta la consciencia. Luego viene el lenguaje, y luego, más tarde, el cuerpo.

Estos tres aspectos juntos constituyen las fronteras de la vida: toda nuestra conducta o pensamiento, ya sea bueno o malo, está determinado por ello. Algunos malos pensamientos pueden aparecer en la mente, y si se quedan ahí restringidos solamente, el comportamiento de uno no se ve afectado. Por ejemplo, pensar en morder a alguien, abofetear o agobiar a alguien. El pensamiento surge en la mente y no sale de ahí; no causa ningún daño. El pensamiento surge y se va, no encuentra ninguna salida. Pero cuando este pensamiento se manifiesta a modo de lenguaje, ¡ya deja de ser un secreto! Los límites se han agrandado y la conducta de uno se ve afectada. Esto hace que surja la furia y la acritud, haciendo que se frunza el ceño de nuestro adversario. Una vez más, si la manifestación se encuentra limitada solo al lenguaje, produce algo de tensión, pero cuando el cuerpo es incitado a la acción, la situación empeora notoriamente. Se eleva la mano y se dan bofetadas, se dan patadas… Y comienza el conflicto.

La mente, el lenguaje y el cuerpo; cada uno de ellos tiene sus límites. Nuestro comportamiento se mueve dentro de estos límites; es por ello que nuestra mente ocupa el primer lugar. Si un pensamiento surge en nuestra mente restríngelo, tú mismo, haz que se quede restringido a la mente, que se quede ahí. No lo permitas salir más allá. Si esta virtud se consigue, mucho mal será eliminado de raíz. Pero cuando uno sobrepasa este límite, la situación ya no está bajo control, los pensamientos se quedan expuestos al alcance de todo el mundo. Siempre y cuando el pensamiento esté limitado a la mente, es algo personal, pero en el momento en el que un pensamiento se manifieste mediante el lenguaje, inmediatamente se vuelve algo público y deja de ser privado. Esto define los límites entre lo personal versus lo público. Cuando la conducta está limitada a la mente es algo personal, pero cuando la conducta y el comportamiento salen de la mente, cruzan esos límites personales y entran en el dominio público. El habla marca el principio de la sociedad. Cuando el pensamiento procede del medio del lenguaje hacia el cuerpo, se extiende más aun. E lenguaje representa la fuerza, que por un lado representa la mente, y por otro conduce al cuerpo. Cuando un hombre lucha contra otro, lo hace a través del lenguaje; y cuando uno ama, también lo hace a través del lenguaje. De igual modo hace uno amigos o enemigos. El lenguaje tiene un gran poder; las palabras que salen de tu boca pueden hacer de la persona delante de ti se convierta en un amigo o en un enemigo.

Un indio vio a un inglés ahogándose, lo que lo llenó de pena. El indio sabía nadar, con lo que saltó al agua poniendo al inglés a salvo. Al llegar a la orilla, el inglés expresó su gratitud al indio con un “Thank you!” El indio era un campesino analfabeto que no sabía nada de inglés. Él entendió esas palabras a su manera y pensó que el inglés le estaba diciendo “tírame al agua”; así que el indio lo alzó en volandas y lo lanzó de nuevo al agua. Todo esto se debe al milagro del lenguaje, ¡la magia de la palabra! Por esas palabras, el salvador se convirtió en su destructor. La pena que había surgido en su corazón se desvaneció, haciendo que la furia floreciese con un profundo resentimiento que suplantó la tristeza. El inglés se quedó de nuevo en el agua luchando sin descanso, ¡mientras el indio lo observaba desde la orilla impasible!

Ocurren cosas muy extrañas por culpa del lenguaje. Toda la historia de la humanidad se basa en ello. Todo el conocimiento, que depende del lenguaje, está disponible en libros. Todos los logros del hombre han sido posibles a través del lenguaje.

El lenguaje está acompañado de tres fuerzas:

• La fuerza del lenguaje en sí

• La fuerza de la susceptibilidad

• La fuerza de la vibración producida por la palabra

La susceptibilidad se queda en un segundo plano; la relación entre esta y el lenguaje es muy cercana.

Esa susceptibilidad detrás de la palabra determina la naturaleza de la acción; da color a las vibraciones del sonido. No se puede entender bien el lenguaje aislado del sentimiento que lo acompaña. El oyente capta el significado a través de sus propias sensaciones, y las sensaciones del hablante apuntan en esa dirección. El sentimiento puede ser, de hecho, un lenguaje sutil. Es un trabajador incansable. Todas las transformaciones sicológicas son forjadas por lenguaje cargado de sentimiento. Las palabras transmiten los sentimientos; la sensación no va más allá de la palabra. Se forma una imagen en la mente, siendo esta la imagen de la palabra en sí misma.

Hubo una vez una mujer anciana que llevaba un paquete sobre su cabeza. Un hombre a caballo pasó a su lado, sintiéndose apenado por la pobre mujer. Se dirigió a ella y le dijo: -¡Madre! Voy por el mismo camino que usted, ponga el paquete en el caballo, lo podrá recoger en el siguiente cruce. -La anciana le dio el paquete, y cuando llegó al cruce avistó al hombre que la estaba esperando. Ella bebió un poco de agua, y luego le dijo al jinete: -Hermano, ya puedes seguir tu camino. Devuélveme el paquete que ya me ocupo yo de él. Ha sido muy amable por tu parte traérmelo hasta aquí. -El jinete le devolvió el paquete a la señora y se marchó en su caballo. Pero un pensamiento le vino a la cabeza, -he dejado escapar una gran oportunidad; el paquete de la anciana era bastante pesado, seguro que contenía algo de gran valor. Si hubiese continuado sin pararme, la señora no hubiese podido recuperar su paquete. He cometido un gran error en devolver bienes que han caído en mis manos. -Con este pensamiento en su cabeza se iba parando aquí y allí, con lo que la anciana le dio alcance al cabo de un tiempo. El jinete, al verla, le volvió a decir: -¡Madre! Tienes que estar tremendamente cansada. Venga, dame el paquete que te lo llevo hasta el siguiente cruce. -La señora le contestó-: ¡Oh, no! Nunca más me habré de separar de mi paquete. El espíritu que te ha hablado también me ha hablado a mí. -La anciana supo inmediatamente que la intención del jinete ya no era buena.

La fuerza de los sentimientos se transmite. Los sentimientos son de hecho un lenguaje sordo, sutil y ratificado. Sea cual fuere la palabra o el sentimiento que se forme en la mente de uno, siempre este genera un sentimiento o palabra correspondiente en la mente del oyente. Es un hecho psicológico bien conocido; no cabe duda. No podría ser de otra manera. Si un hombre tiene buenos pensamientos y buenas intenciones hacia otra persona, si alberga buenos sentimientos, estos se transmiten fácilmente y produce buenas sensaciones y buenos pensamientos en la otra persona también. Por el contrario, un pensamiento o sentimiento negativo, inconscientemente produce un sentimiento antagonista en la otra persona.

Un aspecto del lenguaje son los sentimientos, el otro es la articulación. Toda una ciencia del mantra se basa en la articulación. La potencia del mantra deriva en sí misma del sentimiento y de la articulación, y a ello también se le relaciona la doctrina de la vibración. En nuestros días, se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre el habla y sobre la ciencia del mantra. Los resultados de dichas investigaciones hablan de tres poderes, conexos entre ellos:

• El poder del sentimiento

• El poder de la voz o de la articulación

• El poder del mantra

La articulación produce vibraciones. Cuando se pronuncia una palaba, esta produce vibraciones alfa. Otra palabra produce vibraciones beta, o teta. Los mantras se clasifican en términos de las vibraciones que producen.

Cuando se articula la palabra Aum, produce vibraciones alfa que hacen que el cerebro se relaje, que se calme. Según la tranquilidad del cerebro se intensifica, se producen más vibraciones alfa. Esto constituye una técnica muy importante de relajación. Todos los “mantras semilla” producen varios tipos de vibraciones que influyen en el cerebro. El código de caracteres es: a; si; a:; u:; sa:; arham; aum; ri; shri:; kli:. Todos ellos son “mantras semilla”. Las vibraciones de estos afectan el sistema glandular, y ayuda a mantener una corriente uniforme de secreciones internas de distintas glándulas. Estas secreciones están reguladas por la pronunciación de arham. Cuando el cerebro está confundido, la mera repetición de la palabra (del nombre de la deidad) produce tranquilidad y equilibrio.

La Dhyana (meditación) puede ir acompañada por el jap (repetición del nombre de la deidad). Esto produce vibraciones tranquilas y ayuda en el desarrollo de la concentración. La reiteración de algunas palabras produce enfriamiento, mientras que otras producen calor. La repetición de ra mil veces hará que aumente la temperatura. Ra es un carácter código. Los átomos del mismo producen tales vibraciones por ser generadores de calor. De igual modo, existen caracteres generadores de frío. Hay otros caracteres que provocan atracción o control. Estos producen varios tipos de vibraciones las cuales manifiestan su poder. Que las vibraciones tienen el poder es un hecho establecido, ya no es un secreto. Nuestro mundo es un mundo de vibraciones (las vibraciones del pensamiento, las vibraciones del habla, las vibraciones que surgen del organismo físico…) Este universo nuestro es una mezcla de distintos tipos de ondas y vibraciones. Todo tiene su propia vibración; no hay nada que no la tenga. Solo aquello que carece de lenguaje va más allá de la vibración porque va más allá del lenguaje en sí. Ningún hombre limitado por el lenguaje, elección o pensamiento puede ir más allá de la vibración.

Practicamos dhyana para experimentar un mundo por encima de la vibración. Sin embargo, para ir más allá de la vibración, vencer la fuerza de la gravedad de la tierra y entrar en el espacio, no es fácil; de hecho es una ardua tarea. Pero el hombre es laborioso, tiene una gran determinación y fuerza de voluntad. Su consciencia es fuerte; ha logrado vencer a la fuerza de la gravedad, ha traspasado sus límites, consiguiendo viajar al espacio. Entonces, ¿no puede el hombre, mediante el dhyana, ir más allá de la vibración? Definitivamente puede; es posible, se puede hacer.

La pregunta que se nos plantea ahora es cómo desarrollar el poder del habla. Hasta que la forma de hablar no se libre de los errores, o hasta que no se hayan eliminado todas las impurezas, no se puede decir que sea verdadero y puro. Hay una manera de conseguir una voz pura mediante una articulación prolongada, donde el sonido se alarga. Para establecer un contacto entre los sentimientos y la mente, es muy importante la práctica de una articulación prolongada. Este es un tipo de pronunciación; hay muchas otras maneras: más nobles, más comunes, acentuando lo corto, lo largo, prolongando, etc. En la ciencia del mantra, las expresiones cortas tienen un uso; las largas tienen otro, y las prolongadas tienen además otro distinto. Cuanto más prolongada sea la pronunciación más energía se genera y a su vez se asocia a la mente de una manera más profunda. La pronunciación de arham y aum es larga. Sama Ved contiene descripciones significativas sobre las distintas maneras de articular. Basándonos en la articulación por sí sola, un mantra puede tener mil formas distintas.

Mucha gente hace japs (la repetición de una palabra, especialmente el nombre de la deidad). Estas personas no dicen: “Llevamos haciendo esto durante muchos años y no ha ocurrido nada.” Este comentario no es de extrañar. Si uno no llega a dominar el secreto de una correcta articulación, el mantra no tiene ningún significado, no llega a ser potente. Uno no puede conocer el secreto sin un gurú espiritual. De igual modo, una persona que en sí misa no tiene un profundo conocimiento de los cambios que se producen según las distintas maneras de articular las palabras, no puede enseñar el secreto a otras personas. Una palabra de poder, articulada de manera diferente, puede producir cincuenta efectos distintos. Aum, por ejemplo, se puede articular de diversas maneras. Un tipo de articulación produce un efecto, mientras que otra articulación distinta de la misma palabra produce otro efecto distinto. Una resonancia distinta tiene un resultado diferente.

Por lo tanto, la articulación de un mantra es muy importante, y tiene la debida prioridad en el mantra-shastra, la ciencia de los mantras. Incluso el mantra más beneficioso con una mala articulación se vuelve totalmente inefectivo e incluso dañino.

La literatura jainista ancestral enumera varios defectos de articulación. Durante la articulación de un mantra, ciertos sonidos no han de ser excesivamente acortados ni alargados, al igual que tampoco se han de mezclar más de la cuenta. Uno se ha de parar donde hay una pausa, ningún verso se ha de mezclar con otro. Es necesario tener cuidado en cómo se combinan distintas palabras, como se pronuncian. No tener en cuenta una pausa en una palabra en particular donde se debiera de tomar, da lugar, inevitablemente, a un significado distinto. Solo eliminando los defectos de la articulación se consigue que el habla sea puro y efectivo. Uno de los máximos en el control del habla es que solo aquel hombre que conozca el arte de la articulación podrá ir al cielo: la palabra, para él, se convierte en un pasaporte a la salvación, a la realización completa.

Una mala combinación de las palabras y de las letras es una falta seria de composición, ya que todo el espíritu que alberga detrás de aquellas palabras, de este modo queda corrompido; el ciclo de la vida queda alterado.

Había un fútil ayudante del pueblo de Nagore que escribía versos. Al finalizar un poema decidió poner el nombre de su pueblo. Sin embargo, por un descuido, escribió: “Nago rame” que significa “errante desnudo” en lugar de “Nagore mein” que significa “en Nagore”. Dio la casualidad que al cabo de unos meses de haber escrito el poema él se volvió loco y empezó a deambular por las calles medio desnudo.

La combinación y la articulación de las palabras en el habla afecta nuestra sensibilidad. Es importante comprender correctamente la fuerza de la palabra, la fuerza del sentimiento detrás de la palabra, y la fuerza de la articulación. Estas tres fuerzas comprenden, en sí mismas, el proceso de la purificación del habla; siendo la prolongación de la articulación una de las indicaciones de las mismas.

Otra manera de purificación de habla se basa en que todo pronunciamiento ha de ser basado en la verdad. Uno puede dominar el arte de una articulación correcta, obtener una percepción dentro de la compleja función de las vibraciones, pero si la base de todo es falsa, no sirve de nada. Si analizamos los problemas de hoy en día, nos damos cuenta de que todos se fundamentan en la falsedad. De ahí que nuestros problemas se vuelvan, cada vez, más complicados. Se dice que el negocio del mundo no puede continuar sin la mentira. La política no es más que maniobras deshonestas, toda la diplomacia está basada en la falsedad; desde lo más bajo hasta lo más alto, la sociedad está basada en el embuste.

Aquel que dice mentiras está a salvo; al que dice la verdad se le condena.

El juez dijo al acusado: -¡Estás frente al tribunal de justicia! Has de decir la verdad; sin mentiras. ¿Sabes dónde te lleva la mentira o la verdad?

-¡Honorable señor! Lo conozco de sobra. Si miento iré al infierno, si digo la verdad iré a la cárcel.

Hoy en día, todo el mundo está convencido de que, según como es la sociedad, decir la verdad no causa más que problemas y adversidad. Uno que se haya vuelto experto en decir mentidas va por la vida sin castigo alguno tras haber cometido los mayores crímenes. Una persona ingeniosa y con verbosidad, que sepa tapar sus mentiras, siempre sale victorioso. Aquel que va con la verdad por delante se le considera un bruto, un lunático, un ignorante; eso es lo que piensa la mayoría. Debido a esto, todas las relaciones en sociedad están viciadas.

Desde luego que no queremos esa injusticia, la inmoralidad y la tiranía han de acabar; ha de prevalecer la honestidad, la autenticidad y la verdad. ¿Pero cómo hacerlo? La misma fuente de la vida está ya contaminada. Si los cimientos están mal, ¿cómo puede prevalecer la verdad?

El señor Mahavira nos muestra una visión excelente de la verdad. Él dice: -La verdad está donde hay sencillez en la postura, en el sentimiento, en el habla, y en la armonía.

Armonía significa libertad de la discordancia. Decir algo hoy y algo totalmente distinto mañana es discordancia. La verdad, lo real, va más allá de la discordancia; no varía con el tiempo. Lo que hubiera dicho hace diez años tendrá que seguir siendo verdadero dentro de cincuenta años; no puede haber discordancia.

Sin embargo, hoy en día los sentimientos y el habla acarrean cierto retorcimiento, la vida está llena de discordancia a cada paso. Dadas las circunstancias, ¿cómo puede el habla ser realmente potente? ¿Cómo se puede conseguir la pureza de la palabra? Cada palabra que sale de la boca de una persona que haya conseguido la pureza de la palabra, se hace realidad. Nunca podría ser falsa. La palabra de una persona honrada siempre se cumple; está por encima de la contradicción. La verdad tiene tanto peso en su propia palabra que ningún fenómeno natural podría más que ceder a su fuerza. De hecho, la verdad y el celibato dan tanto poder al individuo como para que la naturaleza se postre a sus pies, haciendo que las nubes que encapotan el cielo se dispersen a su señal. Rishirai fue un gran sadhak. Siempre que se ponía a pie las nubes cubrían el cielo y aliviaban el calor del sol. Tales milagros ocurren, y muchos más. No hay límite al poder de la verdad. Aun así, actualmente está grabado en la cabeza de los hombres, desde la infancia, que si dicen la verdad serán condenados, mientras que la mentira los salvará. Tomando esto como filosofía general de la vida es muy difícil establecer la verdad como fundamento de vida.

La segunda manera de conseguir la pureza del habla, como ya hemos dicho, es tener fe en la verdad. Aquellos que han basado su vida en la verdad, van adelantados, incluso si parece que vayan retrasados. Una fe firme en la verdad origina inevitablemente buenos resultados; pero no muchos han llegado a esta fe firme. Si una persona siempre dice la verdad, su mundo comienza a tener un poder extraordinario, lo que le conduce a la perfección del habla.

La purificación del cuerpo es necesaria, de igual modo que lo es la purificación de la mente. Entre el cuerpo y la mente es donde se resguarda nuestra deidad del habla. Sin la purificación del habla, el cuerpo se tuerce, al igual que la mente. Por consiguiente, es fundamental para un sadhak venerar a Saraswati, la diosa del habla.

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